Época:
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
CRÓNICA MEXICANA

(C) Gonzalo Díaz Migoyo y Germán Vázquez Chamorro



Comentario

Capítulo 104
En este capítulo trata como el rrey Monteçuna mandó labrar una piedra grande de labores y para ponerla ençima del gran cu de Huitzilopochtli y, trayéndola labrada, habló la piedra y lo que dixo

Acordó Monteçuma que su tiempo no abía hecho labor alguna que ubiese dél memoria. Llamó a Çihuacoatl para que la mandase labrar para el templo de Huitzilopuchtli, fuese mayor y dos codos más alto que el que allí estaua. Y así, luego hizo llamar Çihuacoatl a todos los canteros y albañíes de los quatro barrios, Teopan, Moyotlan, Atzacualco, Cuepopan, díxoles que mandaua el rrey fuesen a buscar todos ellos juntos una gran piedra pesada y que labrasen otra piedra como la que estaua allí arriba del cu del Huitzilopuchtli, "eçeto que a de ser mayor con una braça más de ancho y dos codos más en alto". Y todos juntos como estáis la abéis de yr a buscar. Fueron y halláronla en Acolco, que es adelante de Ayoçinco, y la midieron al conforme les fue mandado y, para abella de labrar a plazer, fue menester yr diez o doze mill ydios a sacarla de donde estaua para la poner un rraso para labralla. Abaxada al llano, la labraron con las mesmas labores la otra, más ancha y más rredonda y más alta y muy mejor labor. Y durante la labrauan les dauan los de Chalco de comer a los canteros, que breue se acabó por andar la obra treinta ofiçiales con picos de perdernal. Y acabada se acabó de labrar, dieron abiso al rrey Monteçuma y fueron para traerla todos los chalcas con maromas muy gruesas y todos los chinanpanecas y todos los de Nauhteuctli. Y como la traían con tanto rruido, por el gran peso, truxéronla hasta Ytztapalapan y allí descansaron los yndios dos o tres días. Y el día que abía de trar en Mexico Tenuchtitlan Çihuacoatl hizo llamar a los chocarre [148r] ros, que son los bailadores del palo (cuauhtlatlazque o quahuilacatzoque), y a los biexos cantores con teponaztli y a los saçerdotes con cornetas y atabales, e que la truxesen con mucha breuedad con muchos carretonçillos. E mandó a los mayordomos que lleuasen de comer muy escoxidamente a los canteros y a los prençipales la traen, "que almuerzen al alua y coman a las nueue y merienden a las tres según que ban abisados, y a los perfumadores o sahumadores llaman tlenamacaquee con mucho copale blanco grande y ancho, y darles eys mantas rricas y pañetes y catles, cotaras". Y antes de partir la piedra començaron de cortar cabeças de codornizes muchas y unle con la sangre y a sahumarle. Comiençan fuego el baile y canto mexicano y biendo que no quería bullir la piedra y abía quebrado diez maromas la abían de antes traído, dixeron los canteros:"Bayan a dar notiçia de esto al rrey Monteçuma. Segunda begada no la podían menear. bían luego a todos los tepanecas, serranos, montañeses y Chiapan, Xilotepec, Xiquipilco, Guatitlan, Maçahuacan. Llegados todos estos, comiençan a dar bozería los otomíes e su lengua arrancando la piedra. Y así como la rodearon para tirar de ella, habló, solamente dixo: "Por más hagáis". Con esto que dixo nengunas gentes más hablaron, quedáronse mustios. E tornando a forçexar, tornó a hablar la piedra: "¿Que me pensais lleuar? Pues no me e de rodear para yr a donde me queréis lleuar". E comennçando a proseguir el traerla, tornó a hablar, dixo: "Pues lleuadme, que acullá os [?] hablaré". E trayéndola hasta Tlapitzahuayan, dixeron los canteros: "Demos abiso al rrey de lo que a pasado y dicho la piedra". Fue un prençipal y un cantero a hablar a Monteçuma. Dádole cuenta al rrey de lo que abía susçedido, díxoles: "¿Estáis bosotros borrachos? ¿Cómo me benís bosotros con mentiras?" llamó al mayordomo (Petlacalcatl), díxole: "Lleuad presos a estos bellacos, bienen con semejantes mentiras". Presos, bió Monteçuma a gran priesa a seis prençipales supiesen qué abía susedido. No más rrespondiéronle todos los que tiraban la piedra: "Y habló la piedra: "Por más hagáis no me lleuaréis". Dende a rrato tornó a hablar, dixo: "Pues lleuadme, que allá os diré lo que será"". Boluiéronse los mensajeros con esta respuesta a Monteçuma. Bisto esto, mandó a Petlacalcatl soltase a los presos. bió a estos presos Monteçuma llamasen a todos los de Culhuacan y chinanpanecas y Nauhteuctli, fuesen a traer la piedra. Llegados, arrancan con ella, llegan a Techichco con ella. Por la mañana que querían traerla, comiençan de tocar cornetas y cantarle, comiençan de tirar: era como arrancar un çerro, antes se hizieron pedaços todas las maromas. Acabadas de cortar las maromas, tornó otra bez a hablar la piedra, dixo: "No acabáis de entender bosotros que me queréis lleuar que no e de llegar a Mexico. Y dezilde a Monteçuma que para qué me quiere, que qué aprouecha, qué tengo que hazer allá y baya a donde tengo de estar arroxada, que ya no es tiempo. Lo que agora acuerda de hazer, de antes lo abía él de hazer, porque ya a llegado su término dél. Ya no es tiempo y el Monteçuma a de ueer de sus ojos lo que será presto, porque está ya dicho y determinado, porque paresçe que quiere abentaxar [148v] a Nro, Señor que hizo çielo y tierra. Mas con todo, lleuadme, que allí será mi llegada. ¡Pobres de bosotros! Bamos caminando". Començó a mouerse la gente con esto y arrancáronla breuemente. Començaron a tocar las cornetas. Llegado a Toçititlan, junto al albarrada de Santisteuan, allí durmió otra bes la piedra. Dixéronle a Monteçuma todo lo que la piedra abía dicho. Dixo: "Pues beamos qué es lo que será. Aguardemos los tiempos y lo que será de nosotros. Bayan mañana los saçerdotes y háganle sacrifiçio de codomizes y sahúmenlo todos los sahumadores y bayan todos los biexos con teponaztle a le cantar y bailar para benga con más gana de benir". E començaron a traerle, Llegado a la gran puente de Xoloco y estando en mitad de la puente, dixo otra bez habló la piedra, dixo: "Aquí a de ser y no más". Y diziendo esto, se quebró la gra puente, que era de unas planchas de çedro de siete palmos de grueso y nueue de canto de gordo, y ayóse la piedra dentro del agua y lleuó tras sí a los la tirauan y muchos murieron, que no se pudo contar la gente que deuaxo consumió. Y los que escaparon a nado fuéronle a dar de esto notiçia a Monteçuma de lo susçedido de la piedra. Dixo Monteçuma: "Bámosla a beer, padre mío, a Çihuacoatl". Bisto lo que abía susçedido, tomose a su palaçio, llamó a todos los prençipales mexicanos, díxoles: "biemos a todos los cantadores a llamar, sean buenos buzos que suelen trar las honduras y cauernas, cuebas de ojos y manantiales de agua, para que me sepan dónde fue esta piedra, se hizo, y la gente lleuó consigo". Fueron prençipales a Suchimilco y a Cuitlabac y a Mizquic y Tlacochcalco a llamarlos. Benidos todos los buzos de agua, díxoles Monteçuma: "Bení acá, hermanos. Yd a ber a Xoloco se hizo la gran piedra traían labrada para el templo, se cayó allí, y las gentes que consigo lleuó se hizieron, y bed si a algún gran ojo de agua de allí proçedido". Y fue Monteçuma allá con una sonbrera o tirasol en medio día puntualmente, quando más aclara el agua. trados dentro, entraron como ocho de ellos y se estubieron como media ora allá. Y estauan allí con él todos los saçerdotes de los templos y todos los prençipales mexicanos. A cabo de rrato salieron, diziendo: "Señor, todo lo andubimos y no vimos la piedra ni la gente y hallamos una senda no muy ancha de agua ba hazia Chalco y ba siempre más a lo hondo". Dixo Monteçuma: "Pues sea norabuena. Bayan con bosotros prençipales de autoridad y bayan los teçoçonques la abían labrado, si está alla". Y fueron todos juntos y llegados los canteros, la conosçieron ser la propia que abían sacado primero en Acolco, Chalco, la propia parte y lugar que la sacaron primero. Y estaba la piedra con el papel le abían puesto por cobertor y el copal blanco que le abían pegado. Y desollaron el papel y rrascaron el copal y lo trujeron al rrey, dízenles: "Señor, matadnos, que la piedra, propia piedra, está allá labrada su propio lugar y asiento adonde primero la sacaron". Dixo el rrey Monteçuma: "Sea norabuena, padres míos. Beamos lo que más ordenare de nosotros nros dioses". Y esto es lo que sucedió del traer de la piedra de Chalco. Dixo Monteçuma a los canteros de prima: "No por eso abéis, hermanos, de perder uro trauajo, que os lo mandaré gratificar muy bien. Agora quiero bais [149r] al çerro de Chapultepec y beáis y tantéis la mejor piedra, peña, hallardes para labrarla, que quiero primero beerla". Dixeron los canteros luego querían yr allá a buscarla. Bolbieron al rrey, diziéndole: "Señor nro, la peña, piedra, hallamos buena parte y lugar". Dixo: "Sea norabuena. Quiero deziros primero cómo la abéis de pintar, y es mi propia persona de la manera que agora estoy y con la labor más galana que os paresçiere como tales maestros que sois de estas semexantes labores". Dixeron los canteros, albañís: "Señor nro, todo lo podéis, todo lo tenéis de buestra mano. Quiçáz será nra bentura hazer nosotros nro posible a la lábor". Díxole el rrey Monteçuma a Petlacalcatli (mayordomo): "Daldes a mis abuelos bistam y coman". Dioles a cada uno el mayordomo mantas de a quatro braças muy rricas y otrs mantas galanas y nahuas, güeipiles, pilones de sal blanca, a diez cargas de pepita, otras de frisol, a cada, dos fardos de chile, una canoa de maíz a cada uno y a cada, dos cargas de cacao, algodón a cada uno ygualmente. Pintáronle como él era de cuerpo baxo, bien hecho, buen rrostro, con una cabellera trançado de pluma de tlauhquechol y la nariz le pintaron un cañuto de oro muy sotilmente y una orexera de esmeralda llaman xiuhtezcanacochtli y beçolera de oro muy sotilmente, las muñequeras del braço derecho y pie derecho collarexos de cuero de tigueres, con su rrodela y una sonaxa llaman omichicahuaz, asentado un estrado, tiguereado el asiento y silla de las grandes espaldares de cuero de tiguere, mirando con mucha grabedad. E fuéronle a hablar al rrey Monteçuma, diziendo: "Ya está acabada la figura. Holgaremos bayas a berla y te contentes o labraremos otra figura. Pero nro posible emos hecho". Y ansí como llegó a Chapultepec, bido la estraña labor y edifiçio de la piedra, de que estubo admirado de ber tan hermosa labor. Y començó luego a llorar beer su figura, diziendo: "Xamás se perderá esta mi figura porque está en buena peña. ¿Quándo a de benir a perderse esta figura xamás? Porque yo e de morir y dexar este mundo y jamás mi rrenombre será perdida ni mi fama, porque mi buen padre y tío, el rrey Neçahualpilli, ¿no tendía y sabía seisçientas cosas y artes de encantamentos y carateres? Ya murió y ¿no dexó su memoria tanbién hecho junto a su casa? Y el prençipal y señor de Cuitlahuac, Tzompanteuctli, ¿no sabía y tendía otras seisçientas artes de ningromançias? Tanbién murio y no ay agora memoria dél". Y así, con esto, llegado a Mexico, llamo a Petlacalcatl, díxole: "Daldes a todos mis abuelos canteros todo el tributo que ay agora de lo que an traído de Cuetlaxtlan, que es muy grande el tributo". Y rrepartióseles esto en quanto a lo que es de su boluntad. Y otro día mandó llamar a los propios canteros y a todos los mayordomos, que agora se tratará.